miércoles, 4 de noviembre de 2015

EL CAFÉ

EL CAFÉ

Raúl se encamino como cada mañana a la cafetería que había próxima a su casa. No le gustaba desayunar en casa, le gustaba mas el bullicio de la primeras horas de la mañana en la ciudad, y más una ciudad como era Barcelona, tenia muchísima vida ya a esas horas, las siete y media de la mañana.
Cuando llego  el camarero que le atendía cada mañana, ya le tenia preparado su café con leche y su tostada con aceite aquel era su ritual cada día, pero aquella mañana iba a ser diferente.
Mientras se dirigía a la mesa que ocupaba normalmente, si había alguien en ella, buscaba otra, no le importaba. De repente vio a la mujer mas bonita que jamas había visto, con un cuerpo espectacular, un pelo rubio que le llegaba hasta mas debajo de la cintura y los ojos que eran azules como el mar. Espero que aquella visión que le había dejado hipnotizado durante unos segundos, tantos que durante un momento le pidieron que dejara pasar y tan absorto se encontraba que no escucho al camarero que le decía que le dejara pasar y tanto es así que le tiro la bandeja al moverse, entrara en el café, pero no fue así. Pidió disculpas y trato de tranquilizarse, pero la mujer había desaparecido, pensó que había perdido la oportunidad de charlar con aquella bella mujer que le había echo enamorarse al segundo, pero lo peor no era que había perdido de vista a aquella mujer no, lo peor estaría por llegar.
El dueño del café se le acerco y le dijo que tenia muy malas noticias aquella mañana.  Raúl le invito a sentarse con él y que le contara y le dijo que desgraciadamente que en un periodo de tiempo no muy largo, tendrían que cerrar el café. Raúl no podía creerle. El motivo era que el edificio donde se situaba era muy antiguo e iban a derribarlo y tenían que cerrar, y ver si llegaban a un acuerdo con el constructor para que cuando edificaran ,podían retornar de nuevo, porque tenían muy buenos clientes y de muchos años, y les dolía irse de allí por ello.
Raúl no podía asimilar que fuera a desaparecer aquel café que le había acompañado desde que llego a la ciudad en el ochenta y dos para estudiar en la universidad y luego encontrar trabajo en la misma no estaba dispuesto a creerlo y mas después de que esta mañana tuviera la visión mas bonita echa mujer que había visto en su vida, no podía asimilarlo.
A pesar de ello, siguió yendo a aquel café durante unos largos tres meses, hasta que un día al llegar como cada mañana, el dueño le dijera que aquella mañana era la última en que podría tomarse su café  y que no sabia todavía si al edificar de nuevo retornarían.
Ahora tendría que buscar otro café pero sería distinto, no tendría ni la amabilidad de su dueño y camareros y ni las vistas, ni tampoco pensó por un momento vería a la mujer que le había dejado hipnotizado durante alguna que otra mañana, había perdido la esperanza de poder aprovechar y charlar con ella. Todo estaba perdido.
Pasaron dos largos años, y una mañana al dirigirse a la cafetería que había no muy lejana al edificio donde estaba ubicado su antiguo café, vio un cartel anunciando la apertura del mismo. Desde luego pensaba estar en la inauguración, lo habían tratado durante muchos años muy bien y se lo merecían y así fue.
A las ocho de la tarde estaba en el café y lo primero que hizo fue fundirse en un gran abrazo con el dueño que se le veía feliz de volver a reencontrarse con tantos clientes que le seguían siendo fiel a pesar de estar dos años sin poder atenderles. Pero no se acabaron ahí las alegrías no, de repente sus ojos vieron a la mujer que hacia tres años le había hipnotizado por completo, no se lo podía creer, estaba allí en la inauguración del nuevo café, pero no sabia si acercarse y charlar con ella o dejar pasar la oportunidad, pero fue el dueño el que le animo a hacerlo ya que la había invitado por él y así fue como empezó una charla muy amena, que por la cual descubrió que estaba casada con el arquitecto y constructor de aquel edificio, en fin se habían acabado ahora si, todas sus esperanzas de poder tener algo con aquella mujer, pero bueno, y como siempre hacia buscaba el lado mas positivo posible y en este caso era, que podría de nuevo disfrutar de su café matutino y la charla siempre tan amena con el dueño y empleados y irse a trabajar siempre contento, como hacia cada mañana desde el año mil novecientos ochenta y dos.
TERESA
OCTUBRE 2015






2 comentarios:

  1. Muy bueno Teresa..una bonita historia..buena inspiración .Un beso.

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  2. Al menos le quedó el consuelo de la amistad... como en Casablanca, pero en esta ocasión: "siempre nos quedará el café". Un beso enorme, Tere

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