UN RELATO-JUEGO: AQUELLA NOCHEBUENA

Buenas tardes: Que tal llevamos esta semana? Yo ando regular,esto del implante esta siendo mas duro de lo que yo pensaba y encima el otro oído tampoco lo tengo muy allá de modo que así andamos pero bueno ya vendrán tiempos mejores, en fin, poco a poco que Roma no se conquisto en un día, no dicen eso, o por correr no se llega mas temprano, en fin paciencia y poco a poco, deseando empezar la rehabilitación lo mas pronto posible pero como no depende de mí si no de la SS pues a esperar toca, espero que sea mas pronto que tarde, porque cuanto antes empiece mas pronto podrá dar de si mi oído implantado, paciencia.
Os propongo algo que se me ha ocurrido, a partir de un relato que he escrito, que lo he dejado con una interrogante para que vosotros deis rienda suelta a vuestra imaginación que se que la tenéis y lo terminéis como mejor sepáis, ejje, así lo acabamos entre todos, luego lo paso, y os lo muestro completo palabra, creo que será algo en lo cuál nos podemos divertir todos ¿que os parece mi idea? Espero que os guste , y aquí os dejo mi relato para que como gustéis lo sigáis.

AQUELLA NOCHEBUENA

La familia Rodríguez se había reunido como cada año en casa de la abuela para pasar la noche de Nochebuena, y ¿porque era siempre en casa de la abuela? Pues porque así lo quería ella, y claro quién discutía a alguien que aunque cariñosa y generosa, era un coronel, vamos que era ordeno y mando y quien la contradecía de modo que todos los años tocaba ir a casa de la abuela a cenar. Eran doce hijos y con sus respectivas parejas, menos Elenita, así la llamaban que era monja y que no todos los años podía acudir a casa de la abuela a cenar porque estaba fuera y era muy costoso el viaje para desplazarse, de modo que muchos años se la echaba de menos eso sí, llamar por teléfono lo hacía cada Nochebuena y lloraba recordando lo bien que lo pasaba en Nochebuena y ver como todo sus sobrinos iban creciendo y como todo estaban  bien,” a Dios gracias” decía siempre claro.

Era la Nochebuena del año 2000, era un año especial, y habían decidido que aquella Nochebuena fuera diferente. Iban a comprar Marisco, que no lo hacían porque salían muy caro, pero uno de los hijos José decidió que iría a casa de su amigo Fermín a que le matara un borrego o dos porque eran muchos  para cenar aquella Nochebuena.

Y así lo hizo fue a casa de su amigo Fermín y le encargo un borrego lo más grande posible porque eran muchos y este le dijo que porque no un cordero, ya que los borregos eran pequeños y con lo que eran, pero él le dijo que no que quería borrego, de modo que le dijo que le mataría tres, así no se quedaría corto, pero él insistió en que dos, de modo que así quedaron.

La noche antes de Nochebuena José se desplazo a casa de Fermín a por los borregos que su amigo le tendría preparados, pero cuál fue su sorpresa que su mujer le dijo que Fermín estaba enfermo en cama y que no había podido matarle los borregos ni había podido ponerse con ninguno de los encargos que tenia para estos días, de modo que si quería se llevaba los borregos y él se encargaba de matarlos. Pensó por un momento que era una locura pero pensó que alguno de sus hermanos le ayudaría a matar aquellos borreguitos, estaba seguro.

Los niños cuando vieron a los dulces borreguitos, la verdad es que daba mucha pena matarlos, pero no podía faltar a la palabra que le había dado a la abuela de que habría borrego al horno esa noche, y les dijo que no se encariñaran con ellos que no eran para ellos, sin decirles cuál iba a ser el final de aquellos pobres animalitos, viendo la cara de sus hijos le estaba entrando mala conciencia.

Puso los borregos en el coche, en el maletero amplio como pudo, no dejaban de balar, menudo viaje les dieron hasta llegar a casa de la abuela y los niños jeje, imitando a los borreguitos, menudas risas.

Pero cuando llegaron inexplicablemente faltaba uno, ¿como era posible que faltara uno si él había metido en el maletero del coche tres? Lo recordaba perfectamente ^¿Qué habría podido pasar?

TERESA 

DICIEMBRE 2016