Como sabéis hace unas semanas empece con un relato que poco a poco le ido dando continuidad y que aquí va otra parte, espero que esto tenga un final porque os confieso que me tiene enganchada este personaje que he creado, porque me siento bien al escribirlo de modo que prometo no hacerlo muy largo, o al menos intentarlo, porque tampoco quiero aburrir al personal, pero si prometo al menos una vez a la semana traeros una parte de él. Aquí va, espero que os guste y lo disfrutéis:
¿QUIEN ERA EN
REALIDAD?
PARTE 1
Le
extraño que el policía le hubiera dicho que nadie había reclamado su cuerpo
hasta ahora, que raro era todo. ¿Es que acaso aquel hombre no tenía nadie a
quien le importara? “Es una pena que no
le importe a nadie, ¿no?” Se preguntó para sí. Pero no se podía quedar mucho
tiempo filosofando sobre las circunstancias que rodeaban al Sr. Escarré, tenía
que seguir averiguando quién demonios era, porqué lo habían matado, de dónde
procedían aquellas dos llaves que tenía en su mano y qué relación guardaban con
su muerte, porque estaba claro que la tenían, o al menos esperaba que durante
su investigación hubieran datos que le hicieran cambiar de opinión.
Primero
se dirigió al censo para tratar de averiguar quién era, y donde vivía la
víctima. Cuando llego al censo Municipal de Barcelona había muchísima gente
cosa que no era raro, dado la gente que vive en la Ciudad Condal, de modo que
cogió número y se armó de paciencia hasta que le toco, que fue como una hora y
media más o menos. Durante ese tiempo, tres personas intentaron darle
conversación pero él cogió su móvil y se puso a jugar al tetris porque no tenía
ganas de darle a la sin hueso, quería pensar.
Cuando
le tocó preguntó al funcionario que tenía delante si podía darle la dirección
de un tal Sr. Escarré y el funcionario le dijo que qué demonios pasaba con ese
tipo que ya eran tres personas en dos semanas que preguntaban por él, entre
ellos la policía. Alfredo se quedó blanco y el hombre no sabía cómo reaccionar,
pero como pudo le dijo que era detective y dicha persona había sido víctima de un
asesinato, y que necesitaba su dirección
para empezar averiguar algo. El funcionario entonces fue quien se quedó blanco
y le dijo que la dirección se la había dado a la policía pero que no obstante
se la daría a él, ya que creía que la policía no iba a hacer mucho y un
detective siempre llega más a fondo en los casos de asesinatos y esas cosas. Se
notaba que aquel tipo había leído mucha novela, sin duda, pero le consiguió la
dirección, así que salió del censo más que satisfecho.
Se
dirigió a la calle Provenza de Barcelona, esa era la dirección que constaba en
el censo, pero el número que ponía en la nota que le había dado el funcionario
no existía ya que allí había un solar, se estaban poniendo las cosas muy, muy
complicadas para resolver aquel asesinato, y desde luego se le estaban quitando
las ganas de jugar a los detectives. De repente, vio como un coche se paraba
enfrente y de él descendió un hombre de
unos cuarenta años más o menos que se quedó mirando también el solar.
Se
acercó a él y, después de presentarse como detective, le preguntó lo que buscaba y éste le contesto
que allí había nacido su padre, Tomas Escarré… ¡¡vaya cosas, era el hermano del
difunto y el hombre con el que hablaba, su sobrino!!
Alfredo
no sabía cómo demonios explicarle porque estaba allí, y le dijo que si sabía
algo de su tío, que él era viejo amigo de éste y que precisamente lo estaba
buscando y la última dirección era aquella, y su sobrino le dijo que hacía años
que no sabía nada de su tío ya que su padre y él no se hablaban ni se veían
desde hacía mucho tiempo. Para Alfredo aquello era, sin duda, una complicación
más en su investigación pero ¿Cómo explicarle a aquel hombre que su tío había
muerto en extrañas circunstancias? Decidió que durante un café se lo contaría.
Estuvieron
charlando un buen rato en una cafetería cercana y el sobrino de Escarré se
ofreció para acompañarle en su investigación ya que él también era detective
privado y desde luego Alfredo pensó que no iba a ser un mal compañero y así lo
acordaron. A la mañana siguiente seguirían los dos juntos averiguando que
demonios le ocurrió al Sr. Escarré.
TERESA
FEBRERO 2016