LA MÁQUINA DE COSER
Cuando en la vida se juntan los sentimientos y los
afectos con lo material, sinceramente no es fácil tomar una decisión y eso es
lo que le sucede a nuestro siguiente protagonista de este relato.
Sadoc poseía una vieja máquina de coser, que había
sido de su madre y esta a su vez la había heredado de su abuela y ahora al
fallecer su madre él la había heredado.
Su madre falleció después de una lucha contra una
enfermedad, eso si sadoc se sentía orgulloso de ella porque a pesar de su
enfermedad, había sido optimista casi hasta el final, sin perder nunca una
esperanza de que saldría de aquella, que ganaría la batalla pero no fue así.
Ahora con un traslado por su trabajo, se le
presentaba un dilema. No quería deshacerse de aquella máquina pero también era
consciente de que la casa donde se iba a vivir a Valencia era muy pequeña,
estaba convencido de que iba a ser muy difícil ubicar la máquina de coser.
Todavía mantenía vivo en su retina cuando regresaba del colegio y veía a su
abuela coser y luego más tarde a su madre y se le hacía muy duro tener que
deshacerse de algo que había sido muy importante en su vida y en la de su
madre.
Cuando llego al piso nuevo, intento ubicarle un sitio
a la máquina de coser para cuando
volviera a Sevilla, podérsela traer, pero no había manera de ubicarla el piso
era más pequeño de lo que él pensaba en un principio y era muy difícil que se
la pudiera traer, pero como su madre él no dejo de ser optimista y se le ocurrió
hablar con la dueña a ver si por casualidad le importaba llevarse algún mueble
para hacerle hueco a la máquina, y después de muchas horas de conversación
durante dos semanas, consiguió convencerla y al final le hizo hueco. De modo
que era feliz, podría seguir conservando aquello que durante muchos años había sido motivo de felicidad tanto para su madre como para su abuela.
TERESA
SEPTIEMBRE DEL 2015
Un poquillo bastante adaptado literariamente, en cuanto a las situaciones, pero algo me suena esto. Me has emocionado, "jodía".
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