En un pueblo costero, de la Costa Brava, Miriam y Roberto, volvían de una cena en casa de unos amigos ya de madrugada.
Iban a charlando los dos sobre lo agradable que había sido la cena, y lo bueno que estaba todo, lo amena que había sido la conversación y lo que tan a menudo debían de hacer más aún en invierno porque eran unas cenas muy agradables, y la compañía de los amigos siempre eran muy gratificante.
De repente una luz les deslumbro, pensaron que era algún descerebrado que había puesto la larga y casi se desvían de la carretera por culpa de la luz, pero cayeron en la cuenta, de que aquella luz que le deslumbraba no se movía, estaba completamente parada, de modo que aquello no debía ser un coche con la luz larga, no, debía ser algo pero no acertaban a ser en aquel momento de que se trataba. De repente el coche no arrancaba y la luz poco a poco se les iba a aproximando cada vez mas, no sabían que hacer estaban muertos de miedo, casi paralizados y se miraban el uno al otro sin saber ni que decir.
Cuando parecía que estaba a punto de aproximarse a ellos, entonces la luz decidió empezar a destellar una serie de colores, rojos, amarillos, azules, blancos, varios colores no sabían que podía significar aquello pero desde luego Roberto, estaba convencido o así lo creía que les estaban mandando un mensaje no podía ser otra cosa, pensó. Aquellos destellos duraron como diez minutos mas o menos, y de repente volvió aquella luz blanca que los deslumbraba y sin casi darse cuenta desapareció de la vista de los dos.
Dejaron pasar un tiempo prudencial para recomponerse de lo que habían visto y cuando se vieron con fuerza salieron del coche a comprobar si aquel objeto seguía allí, pero no había rastro ninguno de aquel ovni que los había deslumbrado en mitad de la carretera a esas altas horas de la madrugada. solo se divisaba la noche y la carretera sin un solo vehículo que les acompañara.
Volvieron a casa, pero ninguno de los dos no podían dormir, porque lo que habían vivido al volver a casa era demasiado fuerte y estaban todavía en estado de shock.
Al día siguiente, Roberto fue en busca de la prensa para ver si alguna de ellas se había echo eco de la visión de aquel ovni aquella madrugada pero ninguno de los periódicos ni locales ni nacionales se hacían eco de la visión de ningún objeto extraño en la zona y Roberto sabia perfectamente que no lo había soñado, sabia que lo que habían vivido la noche anterior era cierto, no formaba parte de un sueño que hubieran tenido ninguno de los dos, de modo que se quedaron con el recuerdo de aquel encuentro con un ovni durante toda su vida, eso si lo contaron a los amigos y familiares mas cercanos como es natural y algunos les creían y otros no, pero ellos eran los únicos que verdaderamente vivieron aquella experiencia con un ovni.
TERESA
OCTUBRE 2015
Roberto y Miriam tendrían que haberse puesto en contacto con "Cuarto Milenio", se hubieran hecho de oro con su historia... me ha gustado, muy entretenida. Un besote
ResponderEliminar