Aquella mañana fría de enero, Manuel se dispuso a coger su coche y adentrarse en la gran autovía que le llevaba de camino a la ciudad, la M-30, pero cuando llego a mitad de dicha autovía se encontró con un atasco, bueno aquello no debía ser un atasco debía ser el gran atasco del siglo porque había mas trafico del habitual a esas horas, y solía salir de casa precisamente muy temprano por eso, pero aquel día no sabia porque se había liado una buena.Paloma sin embargo siempre iba algo mas rezagada, era muy tranquila, y siempre siempre, no sabia porque, pero siempre se le hacia tarde, de modo que cuando fue a coger la M-30 también de camino a su trabajo, se encontró en el mismo atasco. Curiosamente había dejado de fumar hacia no mas de un mes escaso, y no quería pedir tabaco, pero como veía que aquello no avanzaba en absoluto después de un buen rato, y pitaba y pitaba y ya podía tocar el claxon que daba exactamente igual, ya no pudo aguantar mas y decidió bajar del coche y ver si el conductor que tenia delante o el de detrás, aunque sospechaba que no porque parecía el hombre mayor, tenían tabaco y fíjate tú por donde Manuel, nuestro protagonista si tenia tabaco y además del que fumaba ella y así entablaron conversión. Eso les mantuvo entretenidos las tres horas y media que duro aquel atasco, y no había manera de enterarse que demonios había podido pasar para que se hubiera formado aquel atasco , eso si, la policía se encargo de llevarles un bocadillo y un refresco durante el tiempo que permanecieron en él, pero por mucho que preguntaban que demonios pasaba, la respuesta era que no podían informarles. Cuando por fin parecía que aquello avanzaba, Manuel decidió darle el teléfono a Paloma y así fue como gracias a aquel atasco, quedaron y poco a poco se fueron enamorando, y cada vez que les preguntaban como se habían conocido, recordaban con cariño y risa a la vez que si no hubieran llegado a coincidir en aquel atasco jamás se hubieran enamorado. Eso si jamas ninguno de los dos se volvió a ver envuelto en un gran atasco como aquel. Y es que cualquier lugar y momento, hasta el mas inesperado es un buen momento para hacer amistad y porque no, enamorarse.
TERESA OCTUBRE 2015
Qué guay!!! Un atasco así vale la pena vivirlo... ese lo recordarán toda la vida
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