TRES
ADOLESCENTES ATRAPADOS
Allí estaban atrapados en aquella casa, y no había luz ni
chimenea solo una vela que habían encontrado de casualidad y él que siempre
llevaba mechero pudo encender si no. Raúl, Antonio y David, tres chicos inquietos
y con ganas de aventura, pero menuda aventura se les avecinaba.
Ha bian ido por la zona a investigar una casa abandonada que por lo que decían sus amigos de la
pandilla de los que jugaba los fines de semana, era un sitio idóneo para
reunirse y no estaba lejos del pueblo y podían ir y volver con facilidad a
casa, pero claro quién le iban a decir a los tres chicos que fueron a
investigar que una gran nevada se avecinaba y les iba a dejar incomunicados y
sin posibilidad de volver a casa, y si tenían bocadillos y agua, pero cuando se
acabaran que, porque allí no había atisbo de que hubieran víveres de modo que
en el momento que no quedara nada, no sabrían lo que iban a hacer. Raúl,
Antonio y David estaban muertos de miedo y muy asustados, una aventura se había
convertido en un problema y no poco serio y si tenían diecisiete años¿ pero qué?,
aquello a pesar de eso no dejaba de preocuparles.
Mientras tanto en el pueblo, los padres de los tres chicos,
estaban inquietos, nevaba cada vez con más intensidad y los chico son volvían,
y no sabían donde podían estar y si
estarían bien y qué demonios habían ido a buscar al monte y porque, pero claro también
era cierto que nadie pensó que fuera a caer de repente una nevada semejante,
tanto que ni ellos podían bajar del montaña ni ellos subir a buscarlos, había más
de dos metros de nieve y era imposible.
Decidieron que no iban a tener más remedio que pasar la
noche allí de modo que no perderían la calma y tratarían de no ponerse nerviosos,
cuando pasara aquella nevada podrían volver a casa y todo habría acabado, de
modo que como no pudieron hacer otra cosa, se pusieron a fisgonear por la casa,
y en una habitación vieron un arcón congelador enchufado, y pensaron es nuestra
salvación pero más lejos de la realidad, lo que allí encontraron fue un cadáver
pero bien tieso, y salieron de aquella habitación despavoridos. Ahora no tenían
uno si no dos problemas había un muerto en el arcón congelador, que podían
hacer?. Trataron de ver si los móviles iban
pero ninguno de los tres tenia cobertura, y además las baterías de todos los teléfonos
estaban bajo mínimos, poco s epodia hacer. Estaban realmente asustados, y
comenzaron a hacerse todo tipo de preguntas ¿Quién podía ser aquel muerto? ¿Y
si el asesino le daba por volver y se los cargaba a todos? Y unas cuantas
preguntas más de ese estilo, pero Raúl
que era el más sensato de los tres, les dijo que se olvidaran de lo que habían visto,
porque no se podía hacer nada, bastante era que estaban allí atrapados, sin
posibilidad de salir y con cada vez mas nieve fuera y el congelador era
secundario, aunque el resto no le quisieron contradecir pero no sabían que era
peor si el cuerpo del congelador o la maldita nieve de afuera.
Pasaron tres largos días de frio, y comer muy poco y
racionando muy bien el agua, y con una vela como alumbramiento y casi sin
moverse, porque después de lo que ese habían encontrado, no era plan de deambular
mucho por aquella casa, que desde luego quedaba totalmente descarta como lugar
de encuentro, nunca mas se les ocurriría volver por allí, querían borrar de la memoria
cuanto antes lo que habían pasado allí.
Cuando al cuarto día empezó a bajar la intensidad de la
nieve y parecía que empezaba a remitir el temporal decidieron que uno de ellos bajara al pueblo y diera
aviso a la guardia civil para que fueran a sacar a los otros dos de allí y además
vieran aquel muerto y se hicieran cargo, al parecer llevaba mucho tiempo. Así
fue como Raúl finalmente volvió a l pueblo y pudo dar aviso al cuartel de la guardia
civil y fueron con jeeps a la casa, sacaron a los dos chicos, y encontraron
efectivamente al muerto en el arcón, un misterio que jamás se supo a pesar del cadáver
hallado, nunca ni ellos ni en pueblo supieron quien era y a que fue debido su
muerte y quien lo dejo allí, un misterio que rodeo siempre a los habitantes de
aquel pueblo, Rosablanca.
TERESA
ENERO 2017
¡¡¡Hola!!!!
ResponderEliminarMenuda aventura vivieron los chicos. Si yo encuentro un muerto en el congelador huyo despavorida y me pierdo en medio de la nieve, jejejeje.
Un besito.
¡Caramba, Tere! muy apropiado para estos días, ya que es una situación tan tan real en estos días...
ResponderEliminarLo de la compañía del cadáver en el congelador me ha dejado helada, nunca mejor dicho ;-)
Besos y a no perder la inspiración.
Vaya relato más interesante. Los adolescentes, en busca de aventura, suelen meterse en líos.
ResponderEliminarPero me pregunto si esta historia es real o fruto de tu imaginación.
Un abrazo.