Aquí os dejo un relato de mi imaginación, espero y deseo que os guste.
MIENTRAS
ESCUCHABA
Adela era de las que iban con su transistor a todas
partes, no podía dejar de oír la radio, tanto es así que muchas noches se
quedaba dormida con ella debajo de la almohada y se quedaba sin pilas, y a
veces le daba rabia porque se veía sin pilas en casa y ella que era siempre tan
previsora, aún así a veces no tenia y claro si era domingo donde demonios
compraba las pilas? A un chino ni loca, no estaba dispuesta, de modo que muchas
veces tenía que esperar al lunes para comprarlas, eso sí, esa noche le costaba
conciliar el sueño al no tener su transistor pegado a la oreja.
Un día escucho un relato de la descripción de un
paisaje maravilloso de no sabía muy bien donde pero se lo imaginaba, aquel
verde, el río, los peces, la flora, las casas la gente en fin era maravilloso
viajar de aquella manera, y aunque podía poner un documental o ver fotos del
lugar, soñaba con poder viajar a aquel lugar que también relataban por su
transistor.
Y así fue, diez años después de poder reunir dinero
suficiente para viajar al lugar, convenció a una amiga y las dos se adentraron
en aquel paisaje maravilloso, lleno de verde y olor a campo, era mucho más
bonito que lo que había oído años atrás en la radio, sin duda para Adela había comenzado
la afición a viajar, pero tenía claro que viajaría solo a lugares llenos de
belleza donde le hicieran respirar paz y tranquilidad, y mira que en las
ciudades había lugares maravilloso por descubrir pero para ella aquello era
algo maravilloso que la vida nos regalaba y si las ciudades tenían maravillas
pero sentir la tranquilidad no tenia precio, una tranquilidad que pronto iba a durar.
Al subir el río, en medio del sendero que habían
elegido seguir, encontraron a un niño que no podía ni hablar, y solo señalaba
con su delgado brazo hacia el otro lado del río y con la cara descompuesta y
blanca. Sin duda se asustaron, y decidieron que su amiga se quedaría con el
niño y ella se haría la valiente y cruzaría el río para ver qué demonios había
al otro lado del rio….
Y lo que Adela se encontró la hizo gritar de
espanto, tanto que su amiga se asusto y de inmediato fue en su busca dejando
al niño solo, y prometiéndole que volvía enseguida, y cuando llego junto a
Adela vio un cuerpo en bastante estado descomposición pero era curioso aquel
hombre o mujer tenía cogido en su mano
algo a lo cual Adela estaba acostumbrada una radio, y unos auriculares.
Enseguida volvieron con el niño y sus amigos que estaban escondidos y salieron
n al ver como se quedaba solo y juntos bajaron y fueron a dar aviso a la
guardia civil de lo que ese habían encontrado en el bosque. Lo que parecía un
viaje maravilloso y de paz se había vuelto envuelto en un crimen sangriento.
La Policía y Guardia Civil encontraron el cuerpo y
dieron aviso a la juez de turno para poder proceder al levantamiento del cadáver.
Adela y su amiga decidieron dar por concluido su
visita a aquel bosque tan bonito, llenas de pena y dolor regresaron a casa,
pero eso sí, la tristeza iba a ser mas cuando descubrieron por las noticias que
a quien aquel niño había descubierto y había hecho que interrumpieran su excursión
y visita era el locutor que tantos años Adela había estado escuchando como
relataba sitios tan maravillosos y decidió que aquel asesinato lo descubriría sin
ayuda de nadie, se iba a convertir en detective y llegaría al final.
Al poco tiempo y después de mucho investigar y eso
si retornar al lugar, descubrió que el afamado periodista tenía deudas con varias
personas y que no era uno, si no varios
lo que le tenían ganas, por lo visto el locutor era un gran jugador de póker y
sus deudas eran bastante elevadas, tanto que sueldo no le daba casi ni para
comer. Alguien eligió aquel lugar para quitarlo de en medio.
Al final sus muchas horas de investigación, de las
cuales le hacían no descansar como es debido, descubrió que un tal Adrián Esplá
había sido el causante de su muerte, y dio cuenta a la policía la cual ya
estaba también investigando al sujeto, y lo detuvieron.
Así Adela y sin dejar su transistor, se convirtió en
una detective y fue famosa por sus investigaciones y colaboraciones con la policía
quien se lo iba a decir ella que estaba en paro y era bióloga, se había convertido
gracias a su afición a la radio en una afamada detective, lo que es la vida.
TERESA
FEBRERO
2017
¡¡¡¡Hola!!!! Ayyyy las vueltas que da la vida, al final se acabó convirtiendo en detective.
ResponderEliminarUn besito y mi finde también es tranquilo, ahora estamos escuchando música y haciendo el tonto, jejejeje, y en nada me pongo con las cenas.
Un besito y a disfrutar lo que nos queda de finde.
Adela es bióloga como yo, aunque no estoy en paro. Pero también viajo mucho y, aunque no me gustaría encontrarme con un crimen sangriento, sí querría vivir alguna aventura literaria. Aunque, tal vez, la literatura esté en el simple hecho de viajar por placer.
ResponderEliminarUn beso.
Un relato entretenido y curioso. Demuestra que un biólogo puede acabar siendo y haciendo cualquier otra cosa, y si no, mira a Ana Obregón. O yo mismo, que después de licenciarme en Biología pasé a hacerme farmacéutico y he acabado escribiendo relatos, jajaja
ResponderEliminarUn abrazo.
Inquietante relato, Tere. Buscando imágenes bellas en sus viajes, vaya panorama se encontraron.
ResponderEliminarUn beso
Un relato muy imaginativo que hubiera dado para más entregas interesantes, mientras se llevara a cabo la investigación para encontrar al culpable.
ResponderEliminarUn beso Teresa.