Y allí estaba ella en aquel café, pensando que la vida a pesar de los malos momentos que había tenido que pasar, merecía la pena, que había decidido retomar aquella amistad de años para intentar ver si podía convertirse en amor ya que ella nunca había dejado de amarle, allí frente a la taza de café pensó que era hora de que la vida le cambiara, ¡ojala él pensara lo mismo¡ pensó, y así paso la tarde soñando como sería su vida si él le dijera si.
TERESA
MAYO 2017
Un micro muy bueno, si bien mejoraría, si me permites la observación, intercalando algún punto y seguido. Leyéndolo tal cual, de corrido, resulta muy largo. Por lo demás, ya digo que me ha parecido muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues ojalá le diga que sí. Y si él no la quiere que se centre en el día a día y no deje la vida pasar por culpa de otros.
ResponderEliminarBesos y un relato precioso Tere.
Es que soñar la vida en un cuadro de Hopper es... un sueño. Nada puede salir mal, o todo puede salir mal entre tanta nostalgia y soledad, pero no deja de ser un cuadro de Hopper y hasta las cosas que salen mal esrán rodeadas de belleza.
ResponderEliminarBonito micro.
Un beso.
Para que él le dijera sí, creo que debería preguntarle. La soledad en compañía de un buen café la puede animar a ello.
ResponderEliminarBreve pero bonito, Tere.
Un beso
Elegir ese cuadro de Hopper es todo un acierto. Cuando lo veo siempre me pregunto en qué estará pensando esa mujer, tú has dado una versión preciosa.
ResponderEliminarGenial, Tere.
Un beso.