Buenos días: como llevamos este jueves? el mio hoy mas tranquilo que ayer, que ayer fue de no parar,uf, acabe agotada y sin querer un día un poco relajado, digo poco porque en casa nunca se para, pero bueno yo hago paroncito porque si no se lo que pasa, que me embalo y no pongo el freno y no puede ser.
Esta mañana me he quedado helada al leer la práctica que ese ha puesto en marcha por parte de unos alumnos en un Instituto de una población Alicantina, no daba crédito a lo que leía.
Unos alumnos se han dedicado a colgar a otros alumnos del perchero de la clase con silla y pupitre y claro con el peso el alumno en cuestión cae al suelo, y alguno de ellos hasta ha tenido que hacerle falta asistencia médica.
La gamberrada ya de por si es muy grave, pero ya para rizar el rizo, no se les ocurre otra cosa, que tal hazaña, para ellos claro, grabarla y difundirla por redes sociales, ya para agravar mas el asunto bajo mi punto de vista.
Por supuesto por lo que he leído como es lógico es que dichos alumnos que llevaron acabo dicha gamberrada han sido expulsados del instituto y de Albatera, una población de la provincia de Alicante, pero por lo visto se ha extendido el experimento a otros institutos de la provincia, y espero y deseo que tenga las mismas consecuencias que ha tenido este por supuesto. Y por supuesto han sido retirado los percheros de las clases como es lógico.
Y yo me pregunto ante estos hechos ¿donde esta la medida del bien y el mal de estos chavales? ¿no tiene conciencia del peligro que corren? ¿donde esta la gracia? porque yo sinceramente no le veo ninguna.
Pienso que una de las cosas por las cuales se produce estos hechos y otros parecidos, recordemos los que se tiran desde un piso a la piscina, es la falta de valores, el tener un referente, porque si no no me explico como pueden llegar a ser tan verdaderamente irresponsables, poniendo en peligro la vida de una persona para hacer algo así, si a lo mejor es una fractura o un golpe, pero ese golpe se lo da mal y quien sabe si no acaba con su vida, en fin cuando veo esto y otras cosas que suceden me da mucha pena que los jóvenes de hoy día sean así, porque si eso es en lo que se van a convertir, me da mucha mucha pena.
Buen Jueves.
TERESA
JUNIO 2019
No tienen sentido de la realidad o al menos no de la ajena. No soportarían que nadie se lo hiciera a ellos. No hay nada más miserable que reírse de los demás cuando uno no sabe reírse de sí mismo.
ResponderEliminarUn beso.
Efectivamente, no tiene ni sentido de la realidad ni respeto por la vida ajena y les da igual, exactamente igual.
EliminarLo grave es que no se paran en eso, en pensar que a ellos no les gustaría que se lo hicieran, cometen la burrada y ya esta, y encima luego se jactan en redes sociales.
CiertO, no hay nada mas miserable que reirse de los demás, cuando no sabes reirte de ti mismo.
Un beso.
Lo de los niños y los móviles es una combinación peligrosa. Yo no tengo móvil y no me explico cómo puede ser que cualquier crío tenga uno. ¿Para qué lo quieren? Es como darle una caja de cerillas a un pirómano. Esto que comentas no lo había escuchado pero si vi el otro día una práctica consistente en ahogar a otro hasta que convulsiona.
ResponderEliminarA esa edad todos quieren grabarse haciendo chorradas para demostrar lo chulos que son. Pero es que además empiezan a ver como referentes a toda esa ristra de youtubers y encima quieren ganarse la vida como esos.
En fin, la cosa pinta "muuu" mal.
Aunque también está eso que llaman el Darwinismo social, y la verdad, tampoco se pierde nada en algunos casos, como esos ingleses que se tiran por el balcón.
Un abrazo!!
Vaya, había alucinado con esta noticia que os había traído, pero lo que no sabia era la otra barbaridad, ahogar a otro hasta que convulsiona. David con estas cosas me pregunto ¿Que va a ser de nuestros jóvenes? porque como alguien no paré esto, como tu bien dices la cosa pinta "mu mal".
EliminarMi hijo Jorge, quería un móvil, y no lo tuvo hasta que cumplio dieciseis años, porque empezo a salir y para que por lo menos, me llamará si iba a llegar mas tarde o le pasaba algo, pero sin internet y afortunadamente nunca ha hecho mal uso de él. Tambien he sido de las que mientras que era menor, le he controlado el uso de Internet, y aunque el decía que no hacía falta que le echara un ojo, alli estaba yo que no me despegaba de su lado hasta que le decia que se había acabado la hora.
Un abrazo y veremos en que deriva todo esto.
Hola Tere.
ResponderEliminarLo vi por la noche en el telediario y de verdad...n sé que educación han recibido estos chicos porque esto es horroroso.
Muy feliz finde.
EXactamente lo mismo pensé yo cuando leí la noticia en el periódico, me hice exactamenre esa misma pregunta, porque te aseguro que si hubieran recibido una buena educación no se les ocurriria estas barbaridades.
EliminarBuen fin de semana.
También vi el reportaje de la silla en la pared, todas estas barbaridades que últimamente practica una parte de la juventud, son para tener notoriedad en las redes sociales.
ResponderEliminarAbrazo.
Pues si a costa de tener notoriedad juegan con la vida de otro, vaya notoriedad, no tiene sentido. Notoriedad se adquiere haciendo algo por otro, o una buena acción, pero estas barbaridades por tener notoriedad, sinceramente no lo puedo llegar a entender.
EliminarUn abrazo.
Siempre han habido y habrán gamberros y eso es un síntoma de la mala educación de nuestros jóvenes. Pero lo más alarmante es que las gamberradas alcancen tal nivel que pongan en peligro la integridad física de los demás. A estos indivíduos les deberían aplicar a Ley del Talión, el ojo por ojo y diente por diente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin duda alguna tendrían que vivir en su piel y asi probar la propía medicina que aplican a los demás pero me temo querido amigo que les da igual exactamente igual, porque si son capaces de actuar así no son capaces de ver mas allá me da la impresión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como docente durante muchos años en la provincia de Alicante, tuve ocasión de comprobar por mi misma todo este tipo de acontecimientos tan desgraciados y donde la falta de educación por parte de los progenitores de estos alumnos, era evidente. Podría relatarte infinidad de comportamientos que te pondrían los pelos de punta, como el hecho de molestarme en enviar cartas al domicilio de algunos padres para invitarles a visitarme allí en el centro, dada la pésima conducta de sus hijos y tratar conjuntamente dicha problemática, pues bien, el resultado fue de recibir palizas y maltrato físico por parte de estos «padres»... ¡Imagínate el cuadro! ¿Qué puedes esperar de esos chicos o chicas?... Con decirte que entre unas cosas y otras tuve que pedir bajas y finalmente me concedieron la prejubilación. Y solamente te he contado un poco de todo lo que me tocó aguantar, de modo que no me extraña que sigan ocurriendo hechos de tal calado.
ResponderEliminarBueno, Tere, ahora conoces algo más de mis desventuras y aventuras varias... De ahí que después de abandonar ese mundo educativo me he dedicado a irme «desintoxicando» mentalmente a base de mi buen sentido del humor, de lo contrario habría perdido el juicio completamente.
Un abrazo.
Siento muchísimo la mala suerte que tuviste al vivir esa malísima experiencia y que hayas tenido que prejubilarte, lo siento de veras y todo lo que te ocurrido en Alicante, si que siento que tengas tan mal recuerdo de mi tierra.
EliminarEspero y deseo que siga steniendo ese buen sentido del humor, es sin duda una buena terapia ante tanta desgracía, porque entre unas cosas y otras, madre mía.
Un abrazo muy fuerte y gracias otra vez por compartir algo tan personal.
¡Buenas tardes! Tere.
ResponderEliminarQuería decirte que si la memoria no me falla, creo que te dejé un comentario algo extenso, eso si, en esta entrada. Más o menos te explicaba mis impresiones como profesora de colegio público y luego de instituto, en varios centros docentes de la provincia de Alicante, donde sufrí maltrato físico por parte de algunos padres de alumnos que no aceptaban mis quejas sobre el mal comportamiento de sus hijos durante la clase o incluso en el tiempo de recreo, algunos de esos niños me tiraron hasta sillas y otros objetos durante mi jornada laboral... Luego los padres en lugar de poner remedio y respetar mi función como educadora, al contrario, me acabaron agrediendo físicamente, con lo cual sufrí depresión, ansiedad, etc. hasta que finalmente me concedieron la prejubilación.
Un abrazo.
He leído tu comentario anterior, tranquila.
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