SUERTE
Tu y yo surgimos así, de un momento inesperado, todo transcurría
con normalidad, los dos enamorados, piel con piel y con cada atardecer un beso,
cada amanecer una caricia, todo marchaba bien, el compás de tu corazón marchaba
con el mío, estábamos enamorados.
Nos gustaba imaginar, nos pasábamos el tiempo imaginando
un futuro, juntos, llenos de proyectos e ilusiones, y así era, hasta que de
repente algo paso entre los dos, toda aquella magia se perdió y me costaba hasta
cantar, si todo lo que sentía se pudiera cantar, pero no podía, había perdido
la alegría, ya no había notas que mi corazón pudiera entonar. Eres y serás mi
gran amor.
Pero había que empezar de nuevo y ¿cómo se hace eso
después de que te hayan dejado el corazón roto? ¿habrá un nuevo comienzo para mí?
Se preguntaba mi mente una y otra vez, como un bucle. Sabía que nadie iba a ser
igual que tú, tan especial.
Cuando pude ir recomponiendo mi corazón roto, me propuse
una meta, probar la buena suerte y ¿Qué es tener buena suerte? Cuando yo toda
la vida me había dicho que la suerte es absurda y que no existe, pero aún así
tenía que buscar algo que me llevará a ella ¿Cómo? No lo sé.
Al cabo de un tiempo, encontré el amor de nuevo, pero
no fue con una mujer, no, si no con alguien que me amaría y yo amaría
incondicionalmente, ninguno de los dos nos separaríamos, un precioso perro al
cual llame suerte ¿Qué mejor que llamarle suerte no? Ya que no lo había
encontrado junto a una mujer al menos ella si me la daría. Y creció de nuevo el amor, no de la manera
que yo hubiera imaginado en un principio, pero si tenía de nuevo alguien a
quien querer hasta que la vida nos quisiera separar.
TERESA
MAYO 2022
Qué bonito. Yo reboso amor perruno, jajaja.
ResponderEliminarFeliz día.
Me alegro mucho que te haya gustado.
EliminarYo si pudiera también rebosaría amor perruno jaja, pero no puedo ains.
Buena tarde.
Hola, Tere.
ResponderEliminarQué bonito, y es que es así, el amor más sincero y desinteresado es el de los perros, te roban el corazón de una manera tan tierna y verdadera que nunca más lo recuperas, la única pena es que no están con nosotros muchos años.
Porque son auténticos ángeles.
Un abrazo.
Hola, Tere.
ResponderEliminarQué bonito, y es que es así el amor más sincero y desinteresado es el de los perros, te roban el corazón de una manera tan tierna y verdadera que nunca más lo recuperas, la única pena es que no están con nosotros muchos años.
Porque son auténticos ángeles.
Un abrazo.